miércoles, 15 de diciembre de 2010

La otra mujer zurda (No. 15)


La otra mujer zurda
No. 15. Ciudad de México, 2010
1000 ejemplares
Imágenes: Eko



Rocío García Rey nos ofrece en “La otra mujer zurda”  por medio de conjuros a la ciudad, a la nostalgia  y a la lluvia certeras iluminaciones que conllevan al dolor y a ese preguntarnos  en qué momento nos hemos perdido o en qué momento alguien o algo nos mandó al exilio y aunque habitamos esta urbe con trenes, con asfalto, con ausencias, con nombres, permanecemos como Hansel y Gretel  extraviados y solos. Nos encontramos entonces con un inventario de ánimos en los que si bien existe la reiteración temática (ciudad,  soledad, mar, bosque) sobresale también la liberación del imaginario que sin duda nos transporta al discurso metafórico que funciona como preludio para entrar después a una serie de relatos que nos dan mayor certeza sobre la propuesta poética y prosística de la autora. Este libro está formado en dos partes, la primera de 25 poemas y la segunda constituida por 6 relatos o cuentos cortos que nos remiten de inmediato al título que confirma a plenitud que “en cualquier calle sin ventanas hay una ciudad y hay una mujer que no se atreven a repasar su historia”.

Hortensia Carrasco

jueves, 25 de noviembre de 2010

Días como esas tortugas que van al mar (núm. 14)


Días como esas tortugas que van al mar, por Ulber Sánchez Ascencio
1000 ejemplares. Coedición con La Tarántula Dormida, noviembre 2010 
Ilustraciones de Omar Soto 
Prólogo de Jesús Bartolo Bello


Tristura del prólogo

Ulber Sánchez Ascencio es poeta de mar, pero no del trópico dorado que tanto gusta a los pájaros en sus alrededores. Él alcanza a ver que la distancia es gris: y como buen hacedor de imágenes nos describe lo invisible como un horizonte roto en miles de peces muertos. Nos comparte el agua que, dentro de la medusa negra del que piensa, se revuelve para destejer una memoria embrutecida en la capilla de los ebrios. Los versos se entrelazan en una barca, en su trazo triste —arábigo— en la redondez del aire. Son tristuras las palabras, cajas de música para guardar los días, que reproducen el bramido del oleaje idéntico a huecos caracoles. Ulber entra en el mar como en un calendario infinito, indiferente al faro, y deja atrás el puerto, la ciudad fría y artificial de los hombres, a Zaira, igual que deja los recuerdos sumidos en una botella; porque es poeta de mar profundo, de arraigada soledad, que prefiere la hostilidad del tiempo, al cerco de los días; busca el exilio porque en sus versos nos hace saber que los pájaros en sus mesitas de refugio, vuelan, cuando oyen que el mar deja sus colmillos inconados en el puerto.

           Andrés Cisneros de la Cruz

miércoles, 27 de enero de 2010

Nuevo Título (No. 13) de las Cenizas del Quemado

Jauría
de Javier Gaytán




Desparacitación del prólogo


La poesía de Javier Gaytán surge del movimiento general indiscriminado de la vida fuera de todo precepto o norma impuestos al cuerpo, al instinto o al deseo. Su abstracción viene de las claves de la sangre fresca o seca, del viento, las sensaciones sexuales confundidas con ternuras avispas e imágenes renovadas de otro amor. Entre sus palabras se arremolinan todas las versiones de lo humano: el niño es estatua, el hombre una mujer, la mujer la vagina del misterio, la Atenea giganta que no denosta al escroto y bebe estirpes hormonales; ahí, las membranas son lentes del infinito y le permiten sagradas ósmosis. Versos libérrimos y formas clásicas de la poesía se suceden encarándonos al lodo, a la estrella que nos representa, a la rata explotada bajo la llanta, a las chispas en oleaje del orgasmo.

Sembrada de neopalabras violentas, fisuras y finuras sensuales y majestuosa aceptación cloacal, la escritura de Javier enfurece, duele, arde como limón y sal en un raspón, se clava, porque enfrenta nuestra hipocresía, vuelve aurática la inocencia y nos enamora del abismo.


Elia Espinosa



1000 ejemplares. Primera Edición, 2010.
Ilustraciones de portada e interiores, Kenta Torii. Prólogo de Carlos Illescas.