lunes, 11 de noviembre de 2013

Poesía guerrerense en la trinchera

Casa de páginas abiertas, de Ángel Carlos Sánchez.
Imagen de portada, Omar Soto Martínez. 
Ciudad de México, 2013. Mil ejemplares. 


Cuando leas este libro de Ángel Carlos Sánchez te darás cuenta que de la misma forma que un dios desconocido o un niño da vida a mundos, Ángel Carlos Sánchez construye una casa. Las palabras, que son acercamientos o sombras de las cosas o personas que nombran, constituyen la materia prima con la que el poeta erige un sitio al que casi le llama hogar. Lo que evoca e invoca el poeta es interminable –como la Casa de Asterión–, porque los objetos que habitan la edificación están en permanente fuga: son lo que fueron pero también están siendo o podrían ser otra cosa. Si guardas silencio y pones atención, también descubrirás que la casa que crea el poeta suena, es decir, está viva a pesar de que haya sido un recuerdo. Y suena porque el poeta ha empleado en las líneas los ladrillos versos de arte mayor preferentemente. Hallazgo tras hallazgo, Ángel Carlos va narrando historias, al modo de los contadores de anécdotas de los pueblos perdidos, para que no se olvide la palabra, para que no se olvide el canto, la historia, la poesía, el poeta.


Máximo Cerdio

sábado, 19 de octubre de 2013

Libro ganador del I Premio Latinoamericano de Poesía Transgresora

Revelaciones de un cuidador de inicios, 
de Tomás Browne Cruz, primera edición, 
Ciudad de México, 2013. Imagen de portada: 
Valeria Caballero. Mil ejemplares. 

¿Qué se puede transgredir cuando rotos tantos límites y acuerdos sociales los “transgresores” se han sumado a los cánones y leyes establecidas convirtiéndose en los conservadores del hoy? Lo que llaman tolerancia se ha convertido en moneda de cambio de todos los días, supliendo los valores humanos por los intereses. En la poesía sucede lo mismo, se hace hincapié en la forma, para volver el ojo pequeño ante el contenido, que muchas veces guarda o pone bajo el amparo de la “poesía” ideas retrógradas que se siguen imponiendo una y otra vez por conducto de millones de poemarios, al imaginario del lector. Por eso el buscador de inicios nos dice: “La palabra hizo el tema y no el tema a la palabra” “La humanidad se llamaba historia / y era más redonda que la cara de Dios” “Porque el hombre busca los tesoros en la facilidad, en los engaños” “Sólo por usura / que transforma la tierra de nadie / en la tierra de algunos” “Por eso haberle cerrado los labios fue callar con ella para siempre” “La muerte es un león que hunde sus garras en la cabeza / devorándose los sesos, masticando las entrañas, / para irse pagado a descansar a su lecho con nuestro nombre” “Por eso quiero decir adiós a todos los pueblos / alzar pañuelos a un sol ya sin luz / para que de esta despedida vuelva a nacer / una nueva armonía que es vivir con el corazón / que es el corazón del mundo que es / Nosotros”. Esto propone Browne Cruz en una época donde cuestionar es transgredir y evidenciar las trampas de la literatura, engaños de escritores, que en realidad solo son escribas; contrafactas para beneficios oligárquicos. 


Adriana Tafoya